martes, 7 de febrero de 2012

Peke



Peke es una cocker ascob, que tiene 10 años (1 Febrero) llegó a nuestra vida en el momento en que necesitaba una motivación.

Después de varios intentos infructuosos por quedar embarazados; es normal, nos golpeo la depresión. En forma distinta la manejamos, uno tratando de soportar más al otro. Sin embargo muchas veces, varias, te golpea de pronto la tristeza y te deja sin animos para hacer nada.

Así estaba un sábado de mayo. Saliendo de desayunar, y con un sol radiante. No teníamos idea de que hacer a continuación. Esa mañana por "enesima" vez salio el resultado del laboratorio NEGATIVO. No pensabamos que era trágico, pero si tristemente decepcionante. Así caminabamos por la calle y no sabemos porque o como llegamos a ver las jaulas de perros de una tienda de conveniencia.

No me gusta ver a los animales enjaulados, no disfruto el zoológico por eso. Y perros, gatos, aves, reptiles, etc. se me hace antinatura acotarlos a un área muy restringida. Sin embargo, ese día, llegamos a a sección de mascotas y vimos a dos perritas cocker, no se porque, pero me dieron muchas ganas de rescatar a las dos, solo pudimos comprar una; a seis meses sin intereses.

Cuando dicen que esa parte maternal/paterna, la volcas en otro ser; gato, perro, ave, etc. es cierto.
Como dueños primerizos, tuvimos que lidiar con 2 noches de llanto, recoger sus popós, limpiar sus pipis. Aprendimos a motivarla a que hiciera sus necesidades en el baño y ¡aprendió!. Además la llevamos al veterinario para desparacitarla, vacunarla, y Bendito DIOS, conocimos a nuestro vet de cabecera. Tuvimos que escuchar consejos, leer libros y revistas, ver programas del Animal Planet sobre comportamiento animal, buscar un instructor para que nos ayudara a adiestrarla, pasearla, ser dueño responsable, comprarle su placa, vacunarla, llevarla cuando estaba enferma; presentarla a la familia. Y hacerla parte de nuestra vida.

Era nuestra bebe, nuestra causa de disputa, nuestra motivación para salir por un momento del dolor de no poder tener hijos. Conocimos las características de la raza,empezamos a ver mejor a los perros y a dolernos por aquellos animales que eran abandonados, vejados, maltratados.

Tuvimos que aprender que tienen su ciclo y su naturaleza fecunda sale a flote, así tambíen tomamos la difícil decisión de esterilizarla.

Encontramos un sitio én "Chapu", atrás de una estatua a Washington, en donde entrenaban perros y hay un amplio campo para que corran y socialicen con otros perros.

Los sábados y domingos se hizo costumbre ir a pasearla allá, y que hermoso era verla correr, saltar revolcarse feliz en la tierra.

En ese lugar tuvo su primer accidente que nos hizo llevarla corriendo al médico, que nos dijo que era una luxación. También nos hizo ver el espiritú o ánimo, o no se como se llama a ese voluntad que tienen los animales para seguir caminando aún con el dolor a cuestas.

Como perrita consentida, tiene lugar en el coche, en mis piernas y cuando quiere dormir, me pide el brazo para recargar su cabeza.

En ocasiones se tiene que ir atrás por que no puedo llevar las marcas de sus patas en mi ropa de trabajo.

Ha sido tanta la presencia en nuestras vidas, que cuando tenemos que dejarla en casa, sentimos su presencia en la parte trasera del coche.

Sabe cuando estamos enojados o molestos y mejor se aparta hasta que nos cambia el humor.

Nos espera en la puerta para recibirnos con su movimiento rumbero de cadera, y saltarnos de gusto. O estornudarnos de enojo.

Nos avisa cuando necesita salir o cuando quiere que limpiemos sus gracias.

Y sobre todo, piensa que no somos monstruos enojones, ni perdedores o antipaticos. Simplemente somos de ella, como ella es de nosotros.

Ahora tiene 10 años y me ve con esos ojos de sabia, y me enseña su lengua, y mueve su cadera rumbera cuando me ve llegar a casa.

¡Cómo nos cambio la vida! ¡Y cuantas cosas hemos aprendido por ella!

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